Suplicio

 La descarga de energía de esta entidad es despiadada. Entre la tensión, la inmovilidad y la ausencia de comodidad, existe una trayectoria usual en medio de su ataque. Inevitablemente, mi cuerpo sufre ante el insomnio y la incapacidad de recibir consuelo. El área afectada sucumbe ante la magnitud de su agresión, justo en el momento cuando la desesperación se convierte en locura. La incoherencia se apodera de la mente y la limitación física se transforma en una batalla mental. 

Gritos nadie escucha, y un llanto en la oscuridad que valida las lagrimas que nadie ve. Su risa llena de placer se agudiza cuando trato, de manera infructuosa, buscar un remedio. Sus malas intensiones que a diario me visitan, producen una degeneración permanente de la que no puedo escapar. Su agarre es fuerte. Mis piernas rehúsan a obedecerme. Ya no camino como la hacia antes, y el recuerdo de las millas que solía correr con placer, se convierten ahora en metas inalcanzables. Siento la presión. Es como una punzada horrífica que me paraliza. 

La respiración muere y se convierte en hiperventilación. Siento nauseas. Este despiadado ataque continua toda la noche arrancando mi raciocinio de raíz y produciendo a su vez, sentimientos de angustia, coraje e impotencia. Su empuñe es completo. Mi cama se transforma en un tablado cubierto de clavos que penetran mi espalda y que sacuden mi fuerza de voluntad. Siento un calor intenso. Perspiro de una manera incontrolable. No siento mucho aire disponible para respirar y cada sublime intento de suplirme de aire, hace que mi cavidad torácica se expanda con un dolor que me consume. Esto es una batalla campal entre mente, cuerpo y espíritu que no parece tener fin. Su presencia es fiel durante la exposición optimista de la luz del día, al igual que en la incertidumbre de las tinieblas de la noche. 


Esta pesadilla continua con fervor a su ritmo repetitivo y perpetuo, hasta que veo la luz del día acompañarme por la ventana. Otra noche sin dormir. Se me hace difícil levantarme. Cada paso que doy se siente como miles de agujas que penetran mi espalda baja. Y es de esta manera que comienza otro capitulo de esta patibularia historia. Otro episodio donde se relata mi aflicción, mi tortura…el suplicio. Estoy listo. La verdad es que, no tengo otra alternativa.

…¡dale!

Comments

  1. El acompañamiento de algo no deseado descripto de una manera muy sensorial .
    Se puede sentir el dolor.
    Espero que el destino de una revancha y que esto sean solos malos recuerdos....

    ReplyDelete

Post a Comment

Popular Posts