Chronicles of The Battles of My Mind: Congruencia Incoherente
Sueños, realidad. Viento y tempestad. Salitre copioso, un vacío leproso, que me consume en la insistente ansiedad.
Nada en lo mucho.
Terreno sin fundación. La mira descalibrada, la vida pobremente armada, como todo lo bueno contra toda maldición.
Cielos sin
altitud. Vientos que alborotan, montañas que se desmoronan, la vida así empeñada contra una
maldita actitud.
Siempre y nunca.
Lo frío contra el fuego. La oración seguida del ruego, buscando tanto precisamente donde
nada abunda.
El subir y bajar.
El momento de desespero, la agonía de ser el tercero. Y la labor rampante sin nadie con
quien trabajar.
Estrellas que
apestan. Con su luz que no alumbra, el desasosiego que a nada apunta, ante sonidos sordos que nada a atestan.
Un cerebro apagándose.
El mismo que no razona, el que nunca su humor sazona; viviendo en dolor sus
batallas desplazándose.
Un respirar dificultoso. Buscando aire que no llega, intentando mirar cuando todo ciega; del mundo angelical a lo oscuro y morboso.
Lo útil que no
sirve. Es el frío que calienta, como el que desea caminar, pero se sienta. Como el
que habla mucho, pero nada dice.
Pilares que nada
soportan. El peso de lo inexistente es la maldita batalla de la mente, con inspiraciones que con nada aportan.
Es el suspiro que duele. Como las punzadas en
mi espalda, lo que era rápido pero que ahora tarda. Como el perfume que a nada
huele.
El subir para
bajar. Es moverse de frente, desafiando con el plan a la corriente, para que
toda consecuencia se llegue a pagar.
La luna que no
alumbra. Las piernas que se acalambran, como la energía de postes que no se alambran.
Energía en plena penumbra.
Es caminar de
espalda. Con pasos pequeños y lentos, y con el dolor junto los lamentos, del
caballero en guerra sin su espada.
Acostarse para
mantenerse despierto. El descanso que está ausente, donde hay nada para que la
esperanza aumente. Es comer la árida tierra del desierto.
Ningún latido es
feliz. Pero hay que seguir viviendo, mantener esa ilusión latiendo. Porque no es la existencia, esto
se trata de vivir.
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